El planeta de la atracción y la función receptiva del deseo entró en Acuario y se suma al Stellium (muchos planetas juntos: Saturno, Jupiter, Mercurio y el Sol). Arma una conjunción con Saturno y una cuadratura a Urano en Tauro.
Venus en Acuario quiere libertad. Sus deseos e impulsos atractores van vinculados a lo mental y no a lo emocional/sentimental, eso le pesa. Le gusta lo original, lo que rompe la norma y esto incluye claro está las formas normativizadas de valorar, vincularnos, desear. Todo lo contrario al apego, la tradicionalidad y la posesividad taurina.
Entonces para este Venus el goce y el disfrute viene de la mano de la novedad, de lo raro y lo excéntrico. Por eso nos hace desear dar el salto a lo diferente, sabiendo danzar en el loop que nos armamos pero esta vez no para repetirlo sino para salirnos.
Venimos de la Luna llena en Leo que nos hace ver aquellas capas ajenas que nos fueron tapando/apagando para conectar con nuestra vibración más auténtica. Con Mercurio retro podemos revisar aquellas cosas que vuelven, personas, propuestas, deseos y sobre todo miedos (disfrazados de mil formas, por eso hay que aprovechar el mercurio retro!!a prestar atención)
Todo esto aporta a la descompresión. A poner nuestros deseos en movimiento. A animarnos a lo novedoso que deseamos. Y para alcanzarlo hay que hacer las cosas de forma diferente. Esto implica hacer. Implica acción.
Por suerte Marte está que se lanza (o lo lanzan. Sí, hablo de Urano que lo lleve a la dimensión desconocida), Saturno nos brinda sus herramientas terrenales de orden y planificación y Júpiter nos da la bendición aportándonos confianza y expansión. Así que el universo conspira a nuestro favor no para volver con unx ex sino para transformar(nos).